jueves, 18 de febrero de 2016

Lo que quedó en el lecho



Cada 30 días bajaba -sensual, impecable- por las escalerillas
de un Jumbo junto a la tripulación -procedente de Lisboa- ...
Yo la iba a esperar al aeropuerto con mis ansias, mi bohemia
y un ramito de violetas...

Un reencuentro cálido y tentador en la mirada, sonrisa complice
apurando los latidos. Sus brazos y las violetas alrededor de mi
cuello, mis manos atrapando su cintura..., boca a boca un largo
y húmedo beso que descubre toda la bienvenida... y en el fragor
del reencuentro un perfume "La nuit de L'homme" en el bolsillo
de mi chaqueta. Luego un café, un par de llamadas por el celular
y desaparecemos sin dejar rastro humano, a no ser por alguna
instantánea de miradas ajenas e indiscretas en aquel aeropuerto.

-No era mia..., se que no era mía pero esa mujer recién
bajada del cielo tenia calor de sol, textura de calle, aire
de azafata con sabor a barrio latino, aroma de plátanos,
cadencia de vals en su andar... y una ternura!... Ay! una
ternura por la cual entraba en su piel cada vez que a la
tierra volvía!!

-No es mia, se que no es ni jamás será mía, salvo en estos
pequeños pero intensos momentos al cual ambos nos pertenecemos,
por la bendita gracia de esta pasión que nos cruzó... Por eso
hoy andaré de nuevo la noche montado en su esternón, hasta que
en cada remolino se encienda su piel y arda la mía..., y se
acaben sus huesos..., hasta que se revienten las horas y me
vea morir cuando quede sin palabras, cuando no sepa donde
termino yo y donde comienza ella, cuando quede sin suspiros
y me muera y la muera sin retorno...

Hasta pronto!... y se metió entre las nubes...
Esta vez una lágrima corrió su rimel... Un te quiero y un
te extraño quedaron deshojados en el medio de mi pecho...,
Será porque ultimamente además de la pasión... , alma y
corazón también hacen el amor en el mísmo lecho??...


jcp
Caracas