Bajo el cielo de París
"Se detuvo 10 segundos frente a mi..., y en el melancólico e
insinuante aire de su mirada, se abrió una ventana al alma,
donde daba todo el sol que jamás yo vi"
Primavera del 74, era el segundo día de mi primer
París en una soleada y fresca mañana dominguera,
con cercanos susurros del Sena...
Salí del hotel, camine varias cuadras
fantaseando con el estilo, el romanticismo
y la magia parisina... Glamur y bohemia!!...
Montmartre con sus cabarets, acordionistas y
pintores, la majestuosa Torre Eiffel, Los
Campos Eliseos (empezaría en el Arco del
Triunfo, bajaría hasta Concorde y seguiría
hasta el Louvre, y de ahí hasta la Ópera),
la Ópera, el Louvre, la Gioconda...
Después me juntaría almorzar en la casa de
un matrimonio, amigos argentinos, luego
iriamos a ver el partido de Rugby entre
Francia e Iglaterra...
Pero para comenzar el tour nada mejor que un
desayuno en la exquisita bohemia de sus cafés.
MMmm para mi Croissants Creme at Le Flore!!
Di vuelta en alguna esquina, crucé el Boulevar
Saint-Germain buscando una mesa libre para
meterme de lleno en la historia del mítico
Café de Flore, donde años "A" tenían cita y
mesa fija entre otros personajes, nada menos
que André Derain, Jean-Paul Sartre, Picasso,
Ernest Hemingway, Truman Capote, etc...
Todas las mesas en la calle estaban ocupadas,
casi al final de la esquina, diviso una bella
y coqueta dama de pantalones y campera de jean
con el cuello levantado y gorro de lana negro
al estilo musulmán, que llama al mozo y paga,
deja un billete bajo la taza, saca un cigarrillo
de su petaca, entonces me acerco solícito con mi
encendedor en mano, ella se para y al voltearse
me encuentro con su mirada... me paralice!, era
la británica más hermosa del celuloide en persona.
A medio metro de distancia la utopía del cine se
desbarató ante aquella ineludible realidad de
cuerpo presente, que iluminaba "todo" mostrando
su femenino y sensual encanto.
En aquel París de "película" me encontraba hipnotizado
frente a la diva que tantas noches su imagen pobló
de fantasías mi bohemia y sueños de Musset, novela
y almohada... Y allí yo mágicamente frente a ella,
como si la escena fuera un día cualquiera en las
mesitas "Norteña" en la vereda del Bar Torrado de
Uruguayana y Capurro, ofreciéndole el fuego de mi
viejo "Zippo" a mecha, piedra y disán que gané en
la Kermese de la escuela Capurro, parloteando
francés con las cuatro o cinco palabras que mal
aprendí en el Liceo Bauza del Prado... Te juro
que se me salía el alma por los poros... Todo el
París que me habían contado, leído e imaginado
pasó a ser una anécdota mas quedando pequeñito y
perdido ante ese supremo instante de emoción...
Un grito interior me surgió de las entrañas... el
Fénix no baja!!, aludiendo al grito de "guerra" que
normalmente dábamos alentando al equipo de fútbol
de mi barrio cuando corríamos peligro de irnos a la "B".
Respiré hondo y arremetí... S'il vous plaît madame!!!...
Con un rasgo de amabilidad, leve sonrisa y sosteniéndome
la mirada, enciende en mi fuego su cigarrillo, mientras
yo me desmayo en el tierno y melancólico aire de esa
profunda y esmeralda mirada. Me saluda... Bonjour!!
Merci!!... Bonjour madame!! respondí por instinto...,
y ya con mi corazón latiendo a mil y mi precario francés
que a esa altura no alcanzaba para transmitir el inmenso
sentimiento que me provocaba, puse toda mi ternura en el
asador y en uruguayo le lancé... ¿Mimí... cómo te gusta
que te quieran para que en mi mañana parisina te quedes
un ratito más ?... Creo que fueron 10 o 15 segundos sus
"faroles verde esmeralda" pestañaron y se apoderaron de
todos mis sentidos... Colgó su cartera al hombro y antes
de ponerse los grandes anteojos oscuros..., en una actitud
anti-diva, tan cálida y cercana, como si fuera la vecina
de la vuelta de casa, con su mirada abrazadora, en una
sonrisa cómplice que entibiaba más que el primaveral sol
parisino, me susurró en un español afrancesado...
Mimi!!... un ratito mas? jaja!!... J'ai aimé tu tangó
argentino!!... jaja! merci!!... y cortesmente se despidió,
no sin antes ofrecerme su mano mientras me regalaba otro
bello paisaje de su calma y adorada sonrisa... A la prochain,
bon dimanche!!... y se marchó...
Me quede sentado como en una butaca de cine al finalizar
una película que caló hondo, sin aliento, apoyando las yemas
de mis dedos en el borde de la taza donde posaron sus labios,
viendo su andar de gacela como se alejaba mezclándose
entre la magia de las calles parisinas... Mientras por
mi cabeza daba vueltas una y otra vez su dulce voz
repitiendo la frase... "Mimí un ratito más jaja...
J'ai aimé tu tangó argentino"...
Su fragancia se había metido en lo más hondo de mi ser
perdurando oculta hasta el día de hoy ahi donde se gestan
los sueños... el lado virgen del corazón.
En ese melancólico e insinuante aire de su mirada y
en su dulce voz, me pasó en un minuto la vida y todo,
todo el amor por el alma, el corazón y la cabeza.
Es que en el ámbito del sentir la utopía es como respirar,
por un instante sublime se transforma en certeza.
Mimí!! hoy te fui a ver al cine !... "Welcome to New York"
En tu madura edad seguís estando increíblemente interesante y
guapa..., y tus ojos verde esmeralda en este San Valentín me
volvieron a enamorar como en el París del 74... es que vos
sabes? al verte en la pantalla, recordé en lo más hondo,
aquella primavera cuando en la inmensa soledad del tiempo
acerté a cruzarme con tus ojos... y en tu mirada se abrió una
ventana al alma, donde daba todo el sol que jamás yo vi!!
Bajo el cielo de París hay cosas increíbles que suceden solo
una vez, y que unicamente la poesía del Tango puede identificar,
dibujar o nombrar... Mi Mimí Jacqueline Bisset..., yo te soñe y
te encontre en mi destino..., igual que ayer hoy te veo y te
presiento, evocandote con mis delirios de poeta en esta inmensa
soledad del tiempo...
jcp
Caracas
insinuante aire de su mirada, se abrió una ventana al alma,
donde daba todo el sol que jamás yo vi"
Primavera del 74, era el segundo día de mi primer
París en una soleada y fresca mañana dominguera,
con cercanos susurros del Sena...
Salí del hotel, camine varias cuadras
fantaseando con el estilo, el romanticismo
y la magia parisina... Glamur y bohemia!!...
Montmartre con sus cabarets, acordionistas y
pintores, la majestuosa Torre Eiffel, Los
Campos Eliseos (empezaría en el Arco del
Triunfo, bajaría hasta Concorde y seguiría
hasta el Louvre, y de ahí hasta la Ópera),
la Ópera, el Louvre, la Gioconda...
Después me juntaría almorzar en la casa de
un matrimonio, amigos argentinos, luego
iriamos a ver el partido de Rugby entre
Francia e Iglaterra...
Pero para comenzar el tour nada mejor que un
desayuno en la exquisita bohemia de sus cafés.
MMmm para mi Croissants Creme at Le Flore!!
Di vuelta en alguna esquina, crucé el Boulevar
Saint-Germain buscando una mesa libre para
meterme de lleno en la historia del mítico
Café de Flore, donde años "A" tenían cita y
mesa fija entre otros personajes, nada menos
que André Derain, Jean-Paul Sartre, Picasso,
Ernest Hemingway, Truman Capote, etc...
Todas las mesas en la calle estaban ocupadas,
casi al final de la esquina, diviso una bella
y coqueta dama de pantalones y campera de jean
con el cuello levantado y gorro de lana negro
al estilo musulmán, que llama al mozo y paga,
deja un billete bajo la taza, saca un cigarrillo
de su petaca, entonces me acerco solícito con mi
encendedor en mano, ella se para y al voltearse
me encuentro con su mirada... me paralice!, era
la británica más hermosa del celuloide en persona.
A medio metro de distancia la utopía del cine se
desbarató ante aquella ineludible realidad de
cuerpo presente, que iluminaba "todo" mostrando
su femenino y sensual encanto.
En aquel París de "película" me encontraba hipnotizado
frente a la diva que tantas noches su imagen pobló
de fantasías mi bohemia y sueños de Musset, novela
y almohada... Y allí yo mágicamente frente a ella,
como si la escena fuera un día cualquiera en las
mesitas "Norteña" en la vereda del Bar Torrado de
Uruguayana y Capurro, ofreciéndole el fuego de mi
viejo "Zippo" a mecha, piedra y disán que gané en
la Kermese de la escuela Capurro, parloteando
francés con las cuatro o cinco palabras que mal
aprendí en el Liceo Bauza del Prado... Te juro
que se me salía el alma por los poros... Todo el
París que me habían contado, leído e imaginado
pasó a ser una anécdota mas quedando pequeñito y
perdido ante ese supremo instante de emoción...
Un grito interior me surgió de las entrañas... el
Fénix no baja!!, aludiendo al grito de "guerra" que
normalmente dábamos alentando al equipo de fútbol
de mi barrio cuando corríamos peligro de irnos a la "B".
Respiré hondo y arremetí... S'il vous plaît madame!!!...
Con un rasgo de amabilidad, leve sonrisa y sosteniéndome
la mirada, enciende en mi fuego su cigarrillo, mientras
yo me desmayo en el tierno y melancólico aire de esa
profunda y esmeralda mirada. Me saluda... Bonjour!!
Merci!!... Bonjour madame!! respondí por instinto...,
y ya con mi corazón latiendo a mil y mi precario francés
que a esa altura no alcanzaba para transmitir el inmenso
sentimiento que me provocaba, puse toda mi ternura en el
asador y en uruguayo le lancé... ¿Mimí... cómo te gusta
que te quieran para que en mi mañana parisina te quedes
un ratito más ?... Creo que fueron 10 o 15 segundos sus
"faroles verde esmeralda" pestañaron y se apoderaron de
todos mis sentidos... Colgó su cartera al hombro y antes
de ponerse los grandes anteojos oscuros..., en una actitud
anti-diva, tan cálida y cercana, como si fuera la vecina
de la vuelta de casa, con su mirada abrazadora, en una
sonrisa cómplice que entibiaba más que el primaveral sol
parisino, me susurró en un español afrancesado...
Mimi!!... un ratito mas? jaja!!... J'ai aimé tu tangó
argentino!!... jaja! merci!!... y cortesmente se despidió,
no sin antes ofrecerme su mano mientras me regalaba otro
bello paisaje de su calma y adorada sonrisa... A la prochain,
bon dimanche!!... y se marchó...
Me quede sentado como en una butaca de cine al finalizar
una película que caló hondo, sin aliento, apoyando las yemas
de mis dedos en el borde de la taza donde posaron sus labios,
viendo su andar de gacela como se alejaba mezclándose
entre la magia de las calles parisinas... Mientras por
mi cabeza daba vueltas una y otra vez su dulce voz
repitiendo la frase... "Mimí un ratito más jaja...
J'ai aimé tu tangó argentino"...
Su fragancia se había metido en lo más hondo de mi ser
perdurando oculta hasta el día de hoy ahi donde se gestan
los sueños... el lado virgen del corazón.
En ese melancólico e insinuante aire de su mirada y
en su dulce voz, me pasó en un minuto la vida y todo,
todo el amor por el alma, el corazón y la cabeza.
Es que en el ámbito del sentir la utopía es como respirar,
por un instante sublime se transforma en certeza.
Mimí!! hoy te fui a ver al cine !... "Welcome to New York"
En tu madura edad seguís estando increíblemente interesante y
guapa..., y tus ojos verde esmeralda en este San Valentín me
volvieron a enamorar como en el París del 74... es que vos
sabes? al verte en la pantalla, recordé en lo más hondo,
aquella primavera cuando en la inmensa soledad del tiempo
acerté a cruzarme con tus ojos... y en tu mirada se abrió una
ventana al alma, donde daba todo el sol que jamás yo vi!!
Bajo el cielo de París hay cosas increíbles que suceden solo
una vez, y que unicamente la poesía del Tango puede identificar,
dibujar o nombrar... Mi Mimí Jacqueline Bisset..., yo te soñe y
te encontre en mi destino..., igual que ayer hoy te veo y te
presiento, evocandote con mis delirios de poeta en esta inmensa
soledad del tiempo...
jcp
Caracas