Pequeño racconto de un "personaje" de esquina
Montevideo, Rondau esquina Uruguay
Milton Codesal "El Canillita de las Dos Avenidas"
Años 70 cuantas horas de esquina después que salia del laburo
de Philips, mientras dejaba pasar el bondi 126 para casa,
que a esa hora siempre iba hasta la manija lo cual era un
buen pretexto para estirar hasta la 9 de la noche el simpático
momento...
Entre revistas, diarioooo, diaritoooooo... diariooo!!
y el montón de gente en la parada, más los que por
la ventana del bar se asomaban... Milton con sus naturales
dotes histriónicos dominaba la escena en ese lugar.
Si!!... te explicaba o discutia algo a toda voz, gesticulando,
cambiando caras..., dando la espalda repentinamente si no le
gustaba, abriendo los brazos al cielo, dando piques cortos
hasta el borde de la vereda, o caminando el escenario que iba
desde la esquina donde estaba su kiosko hasta el Emporio de
los Sandwiches -ida y vuelta-..., mientras tanto pedía un cafe
por la ventana al dueño del bar, intercalaba un Billiken en el
stand..., como si tuviera ojos en la espalda, en un sorpresivo
giro doblaba y acomodaba el periodico bajo el brazo de algún
transeute..., cobraba daba el vuelto y por sobre el hombro del
cliente le chamuyaba un piropo a la mina que venia rompiendo
baldosas taconeando por Rondeau para abajo, mientras en otro
giro de cabeza hacia la calle, le sacaba la lengua y le ponía
cara de oso malo a un colectivero conocido, que le tocaba bocina
aludiendo alguna derrota de sus equipos el Tanque o Aguada...
Todo este tremendo movimiento de escena sin pausa..., sin dejar
de saludar al sin fin de conocidos que trillaban esa vereda y
sin perder el hilo de lo que estaba tratando conmigo en ese
momento... Un fenómeno urbano Milton Codesal!!
Gloriosos años 70, momentos de aquella épica esquina donde
ambos supimos resaltar por la forma de caminar, las "condiciones"
de algunas empleadas del Emporio, sonreir con los chimentos de
Philips..., como así también tener grandes charlas existenciales y
de las otras que los fines de semana, con jetra, corbata, gemelos
y charol las disolviamos en Espinillar al ritmo de Borinquen, allá en
el Templo de la IASA... Salute!!
Amigo Milton, un fraterno abrazo lleno de
cálidos e imborrables recuerdos!
jcp
Caracas
Milton Codesal "El Canillita de las Dos Avenidas"
Años 70 cuantas horas de esquina después que salia del laburo
de Philips, mientras dejaba pasar el bondi 126 para casa,
que a esa hora siempre iba hasta la manija lo cual era un
buen pretexto para estirar hasta la 9 de la noche el simpático
momento...
Entre revistas, diarioooo, diaritoooooo... diariooo!!
y el montón de gente en la parada, más los que por
la ventana del bar se asomaban... Milton con sus naturales
dotes histriónicos dominaba la escena en ese lugar.
Si!!... te explicaba o discutia algo a toda voz, gesticulando,
cambiando caras..., dando la espalda repentinamente si no le
gustaba, abriendo los brazos al cielo, dando piques cortos
hasta el borde de la vereda, o caminando el escenario que iba
desde la esquina donde estaba su kiosko hasta el Emporio de
los Sandwiches -ida y vuelta-..., mientras tanto pedía un cafe
por la ventana al dueño del bar, intercalaba un Billiken en el
stand..., como si tuviera ojos en la espalda, en un sorpresivo
giro doblaba y acomodaba el periodico bajo el brazo de algún
transeute..., cobraba daba el vuelto y por sobre el hombro del
cliente le chamuyaba un piropo a la mina que venia rompiendo
baldosas taconeando por Rondeau para abajo, mientras en otro
giro de cabeza hacia la calle, le sacaba la lengua y le ponía
cara de oso malo a un colectivero conocido, que le tocaba bocina
aludiendo alguna derrota de sus equipos el Tanque o Aguada...
Todo este tremendo movimiento de escena sin pausa..., sin dejar
de saludar al sin fin de conocidos que trillaban esa vereda y
sin perder el hilo de lo que estaba tratando conmigo en ese
momento... Un fenómeno urbano Milton Codesal!!
Gloriosos años 70, momentos de aquella épica esquina donde
ambos supimos resaltar por la forma de caminar, las "condiciones"
de algunas empleadas del Emporio, sonreir con los chimentos de
Philips..., como así también tener grandes charlas existenciales y
de las otras que los fines de semana, con jetra, corbata, gemelos
y charol las disolviamos en Espinillar al ritmo de Borinquen, allá en
el Templo de la IASA... Salute!!
Amigo Milton, un fraterno abrazo lleno de
cálidos e imborrables recuerdos!
jcp
Caracas
